Se espera el anuncio de la reforma fiscal de Trump esta semana. Hay dos propuestas: encabezadas por Trump y el presidente de la Cámara de Representantes, Ryan. Los planes de Ryan incluyen un impuesto de ajuste fronterizo (BAT) que se impondrá a las importaciones para financiar los recortes, a diferencia de los planes de Trump que se basan en el crecimiento económico para financiar los recortes.

Impacto en las empresas

El efecto más tangible de los recortes sería un impulso a las ganancias corporativas. También alentaría a las empresas estadounidenses a repatriar las ganancias del extranjero y desviar estas ganancias hacia nuevas inversiones en los EE. UU.

No todo el mundo sería un ganador

Las reformas podrían tener mayores beneficios para las empresas estadounidenses más pequeñas, que se ven más afectadas por el código tributario interno que aquellas con mayor exposición internacional. Además, si se implementa, BAT podría afectar negativamente a las empresas que dependen de las importaciones, como minoristas, empresas de automóviles, etc.

El diablo está en los detalles

El impulso de los beneficios empresariales no debe considerarse de forma aislada. La eliminación de la deducibilidad de los gastos por intereses y BAT podría disminuir o anular cualquier beneficio de las deducciones de la tasa de impuestos.

Los impuestos más bajos no necesariamente significan mercados de valores más altos

Se espera que los recortes de impuestos, a menos que sean neutrales para los ingresos, creen enormes déficits y se sumen a la deuda nacional.

Las legalidades

Las diferencias en las propuestas de Trump-Ryan pueden crear dificultades para que Trump obtenga un amplio apoyo en el Congreso. E incluso si la propuesta se convierte en ley, considerando la complejidad de las reformas, la implementación podría no ser inmediata.

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